En un nuevo episodio de fricción diplomática, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha calificado a la Unión Europea (UE) como “un socio muy desagradable”, intensificando las tensiones derivadas de la guerra arancelaria que marcó su administración.
Durante una reciente entrevista, Trump criticó duramente las políticas comerciales del bloque europeo, acusándolo de imponer barreras injustas a los productos estadounidenses. “Siempre hablan de China, pero la UE ha sido igual de mala, si no peor, cuando se trata de comercio”, afirmó. Estas declaraciones reavivan la retórica proteccionista que caracterizó su presidencia, cuando impuso aranceles al acero y al aluminio europeos y amenazó con gravámenes adicionales a productos como el vino, los automóviles y los productos agrícolas.
La respuesta desde Bruselas no se hizo esperar. Funcionarios comunitarios recordaron que la UE ha intentado mantener una relación comercial equilibrada y se ha mostrado abierta al diálogo. Sin embargo, también dejaron claro que el bloque no dudará en defender sus intereses si Washington opta nuevamente por medidas unilaterales.
Los comentarios de Trump ocurren en un contexto preelectoral en EE.UU., donde busca reforzar su imagen de líder fuerte frente a potencias extranjeras. No obstante, sus críticas han generado preocupación entre diplomáticos y analistas que temen un resurgimiento del nacionalismo económico y un deterioro de las alianzas transatlánticas si vuelve a la Casa Blanca.
Aunque actualmente no ocupa un cargo oficial, Trump continúa marcando la pauta en el Partido Republicano y su retórica podría tener un impacto significativo en la política exterior estadounidense en los próximos años.