Trump prometió bajar el precio de los medicamentos con órdenes ejecutivas, pero su impacto real sigue en duda.
En julio de 2020, en plena pandemia de COVID-19, el presidente Donald J. Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas destinadas a reducir los precios de los medicamentos en Estados Unidos, uno de los países con mayor gasto en salud por habitante en el mundo. Esta medida fue presentada como una ofensiva directa contra las grandes farmacéuticas, a quienes el presidente acusó de aprovecharse del pueblo estadounidense.
La orden más controvertida fue la conocida como “Most Favored Nation Rule”, que proponía igualar los precios de ciertos medicamentos recetados en Estados Unidos con los precios más bajos pagados por otros países desarrollados. En otras palabras, si un medicamento costaba menos en Alemania o Canadá, Medicare no podría pagar más que ese precio. Trump lo llamó “el mayor paso jamás dado para reducir los precios de los medicamentos”.
La propuesta fue celebrada por muchos sectores como un intento valiente de frenar los abusos de la industria farmacéutica. Sin embargo, también fue cuestionada tanto por expertos en salud como por representantes del Congreso, quienes señalaron que las órdenes ejecutivas carecían de mecanismos de implementación clara, y que muchas de ellas dependían de negociaciones posteriores con las propias farmacéuticas, lo que debilitaba su eficacia inmediata.
Además, algunos críticos acusaron al mandatario de estar utilizando la salud pública como herramienta política en un año electoral. El expresidente aseguró que su administración estaba haciendo lo que ningún otro presidente se había atrevido a hacer: enfrentarse al poderoso lobby farmacéutico. Sin embargo, la falta de resultados concretos inmediatos, y el hecho de que varias medidas fueran bloqueadas en tribunales o simplemente no se implementaran antes del fin de su mandato, llevó a muchos a preguntarse si estas órdenes fueron más simbólicas que prácticas.
Lo cierto es que la problemática del alto costo de los medicamentos en Estados Unidos sigue siendo un tema vigente. La administración Trump abrió un debate que continúa en la actualidad: ¿puede el gobierno federal intervenir con firmeza para controlar los precios en un sistema dominado por el libre mercado?