La administración Trump responde con firmeza ante los disturbios en Los Ángeles, mientras la secretaria de Seguridad, Kristi Noem, responsabiliza al gobernador Gavin Newsom por la situación.
En medio de un nuevo episodio de disturbios y saqueos en Los Ángeles, el presidente Donald Trump ha ordenado el despliegue de 2000 efectivos de la Guardia Nacional con el objetivo de “mantener la paz y proteger a los ciudadanos”, según anunció la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, durante su aparición en el programa Face the Nation de CBS.
Trump ha culpado directamente al gobernador de California, Gavin Newsom, por lo que describe como una “repetición de los errores del pasado”. “No vamos a permitir que se repita lo del 2020 en nuestras ciudades”, declaró Noem, haciendo alusión a los disturbios ocurridos durante la ola de protestas que azotó a varias ciudades del país hace cuatro años, en el contexto del movimiento Black Lives Matter.
Los recientes disturbios estallaron tras una serie de redadas migratorias llevadas a cabo en el sur de California, que provocaron protestas masivas frente a instalaciones gubernamentales, bloqueos de autopistas y ataques contra agentes del orden. Aunque el gobierno estatal intentó contener la situación, las imágenes de caos en las calles y negocios incendiados rápidamente se viralizaron en redes sociales, forzando una respuesta federal.
Desde la Casa Blanca, Trump emitió un comunicado en el que aseguró que “la seguridad de las familias estadounidenses siempre será la máxima prioridad de esta administración”, y añadió que “la anarquía no tiene cabida en nuestra nación”.
Kristi Noem respaldó la decisión presidencial señalando que los miembros de la Guardia Nacional han sido entrenados “para este tipo de situaciones de multitud” y que su presencia tiene como propósito evitar más violencia y proteger tanto a los manifestantes pacíficos como a los residentes de las zonas afectadas.
La tensión entre Trump y Newsom no es nueva. Desde el inicio de su segundo mandato, el presidente ha convertido a California en un símbolo de la gestión “fallida” de los demócratas progresistas, y ha utilizado su tribuna para denunciar el aumento de la criminalidad, la crisis de personas sin hogar y las políticas migratorias permisivas en el estado.
“La gente está cansada de los líderes que no hacen cumplir la ley. Newsom ha convertido a California en un estado fallido”, expresó Trump recientemente en un mitin en Arizona.
Por su parte, Newsom ha acusado reiteradamente a Trump de autoritarismo, de sembrar el miedo y de utilizar a las fuerzas federales como herramienta de campaña electoral. No obstante, la creciente inseguridad en Los Ángeles ha debilitado su posición, especialmente entre sectores moderados que exigen una respuesta más contundente del gobierno estatal.
La estrategia de Trump parece clara: reforzar la imagen de “ley y orden” que lo impulsó en 2016 y que volvió a utilizar exitosamente en 2024. En contraste, Newsom enfrenta crecientes críticas incluso desde su propio partido, en medio de rumores sobre su intención de postularse a la presidencia si Joe Biden no sigue en la carrera para 2028.
Mientras tanto, los californianos enfrentan una nueva ola de incertidumbre, con patrullas de la Guardia Nacional desplegadas en zonas urbanas, comercios cerrados y toques de queda intermitentes.