El presidente ordenó el despliegue de submarinos, buques de guerra y aviones espía P-8 en aguas internacionales del sur del Caribe para enfrentar a grupos narcoterroristas como el Cártel de Jalisco Nueva Generación y el Cártel de los Soles. La operación coincide con el aumento a 50 millones de dólares de la recompensa por Nicolás Maduro, acusado de usar redes criminales para inundar de drogas a Estados Unidos.
La Administración del presidente Donald Trump ha dado un paso contundente en su política de seguridad nacional al ordenar un despliegue militar sin precedentes en el sur del mar Caribe, con el objetivo de combatir a los principales grupos narcoterroristas de la región. La medida, revelada por la agencia Reuters, contempla operaciones navales y aéreas que se extenderán durante varios meses y que se desarrollarán en aguas y espacio aéreo internacionales.
De acuerdo con fuentes de la Administración, los recursos asignados incluirán al menos un submarino de ataque, un buque de guerra y varios aviones espía P-8, capaces de realizar labores de inteligencia, vigilancia e incluso ataques selectivos si la situación lo amerita. La operación no solo apunta a frenar el ingreso de drogas como el fentanilo a Estados Unidos, sino también a limitar las rutas de inmigración ilegal, cumpliendo así una de las promesas de campaña más reiteradas por Trump.
El despliegue se enmarca en un plan más amplio para utilizar las Fuerzas Armadas contra organizaciones criminales designadas oficialmente como terroristas globales, entre ellas el Cártel de Jalisco Nueva Generación, el Cártel de los Soles en Venezuela y otras estructuras delictivas que, según Washington, representan una amenaza directa para la seguridad nacional estadounidense.
La orden llega pocos días después de que se conociera que Trump firmó en secreto una directiva para emplear fuerza militar contra los cárteles designados como terroristas. Además, la fiscal general Pam Bondi anunció el aumento de la recompensa por la captura de Nicolás Maduro a 50 millones de dólares, acusándolo de utilizar al Cártel de los Soles y al Cártel de Sinaloa para introducir drogas en Estados Unidos.
Bondi reveló que las autoridades norteamericanas han incautado más de 700 millones de dólares en activos vinculados al régimen venezolano y aseguró que Maduro enfrentará la justicia por sus crímenes. Esta ofensiva judicial y militar refleja la creciente presión de la Casa Blanca sobre el dictador socialista y sus presuntos vínculos con el narcotráfico internacional.
El Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro han endurecido sus medidas en los últimos meses, designando como organizaciones terroristas extranjeras a ocho grupos criminales: Tren de Aragua, Mara Salvatrucha (MS-13), Cártel de Sinaloa, Cártel de Jalisco Nueva Generación, Cártel del Noreste, Nueva Familia Michoacana, Cártel del Golfo y Cárteles Unidos. El Cártel de los Soles se sumó a la lista el pasado 26 de julio, junto con acusaciones directas contra Maduro como líder del grupo.
Con esta operación, Trump busca dejar claro que su gobierno considera la lucha contra el narcoterrorismo no solo un asunto de seguridad fronteriza, sino una prioridad estratégica para desmantelar redes criminales que amenazan la estabilidad política y social de todo el hemisferio.