La Casa Blanca confirmó la salida ordenada del personal diplomático y militar estadounidense en Medio Oriente, mientras el régimen iraní amenaza con atacar bases en la región si fracasan las negociaciones nucleares.
En medio de una peligrosa escalada de tensiones con Irán, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la evacuación parcial del personal diplomático y militar estadounidense en Medio Oriente, citando preocupaciones de seguridad. “Podría ser un lugar peligroso”, advirtió el mandatario, quien además reiteró su compromiso de impedir que Irán obtenga armas nucleares.
La decisión llega tras una revisión interna del Departamento de Estado, según confirmó a Reuters la portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly: “El Departamento de Estado revisa regularmente al personal estadounidense en el extranjero y esta decisión se tomó como resultado de una revisión reciente”.
Estados Unidos comenzó la evacuación del personal no esencial de su embajada en Bagdad y autorizó la salida voluntaria de dependientes militares en varias bases de la región, especialmente en Bahréin, donde se concentra la mayoría de las familias de soldados. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, lidera estas acciones preventivas, mientras se mantiene un monitoreo permanente sobre otras instalaciones clave, como la base aérea Al Udeid en Qatar, la mayor en Medio Oriente, que hasta el momento no ha interrumpido sus operaciones.
El plan de evacuación contempla una “salida ordenada” mediante vuelos comerciales, aunque el ejército estadounidense está preparado para intervenir en caso de necesidad.
Las tensiones han aumentado significativamente después de que el ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, advirtiera que si fracasan las conversaciones nucleares, Irán tomará represalias contra instalaciones militares estadounidenses. “Todas las bases estadounidenses están a nuestro alcance y las atacaremos con valentía en los países anfitriones”, amenazó.
Esta declaración se da en un contexto de estancamiento en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní. Trump manifestó abiertamente su escepticismo respecto a la disposición del régimen islámico para detener el enriquecimiento de uranio: “Lo creía, y cada vez tengo menos confianza”, afirmó.
La alarma no se limita al ámbito militar. La agencia marítima británica emitió una advertencia el mismo miércoles sobre una posible escalada militar en la región, que podría afectar el comercio internacional. El Golfo Pérsico, el Golfo de Omán y el estratégico Estrecho de Ormuz —por donde transita cerca del 20% del petróleo mundial— están considerados puntos vulnerables en caso de conflicto. La agencia instó a todas las embarcaciones a extremar precauciones.
La actual administración Trump ha endurecido su postura frente a Irán desde el regreso al poder en 2025, dejando claro que no tolerará ambigüedades respecto al desarrollo nuclear. En contraste con la política de apaciguamiento del expresidente Biden, Trump ha reforzado la presencia militar en Medio Oriente y reactivado sanciones económicas.
La evacuación ordenada del personal estadounidense sugiere que Washington se prepara para un escenario de confrontación directa o, al menos, una etapa de máxima tensión con Irán. Aunque no se ha declarado una intervención militar, las señales apuntan a que Estados Unidos está movilizando su capacidad diplomática y de defensa ante una amenaza cada vez más tangible.