El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reavivó su polémica propuesta de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, una medida que podría tener profundas implicaciones para la relación bilateral entre ambos países. Sheinbaum respondió con firmeza y defendió la soberanía de México.
Durante una conferencia del grupo conservador Turning Point en Phoenix, Arizona, Trump no solo reiteró esta iniciativa, sino que también anunció una campaña publicitaria destinada a destacar los daños físicos del consumo de drogas como el fentanilo, culpando a México por su ingreso a territorio estadounidense.
Trump aseguró que su gobierno utilizará todos los recursos disponibles para combatir a los cárteles y la crisis de los opioides en Estados Unidos. “Designaré inmediatamente a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras”, afirmó, añadiendo que movilizará agencias como el ICE, la DEA y la Patrulla Fronteriza, así como la comunidad de inteligencia, para desmantelar redes criminales. Según sus declaraciones, su estrategia incluiría sanciones financieras y operativos coordinados, además de la mayor deportación de migrantes en la historia del país.
El presidente electo vinculó el narcotráfico con la inmigración irregular, reiterando su intención de cerrar la frontera con México desde “el primer día” de su administración. “Nos desharemos de ellos […] deportaremos, desmantelaremos y destruiremos esa red que opera ilegalmente en suelo estadounidense”, declaró. Esta postura ha sido criticada por su carga de prejuicios racistas y xenófobos, especialmente por asociar la criminalidad con los migrantes.
En el mismo evento, Trump anunció una nueva campaña publicitaria para mostrar los efectos devastadores de las drogas en el cuerpo humano. “Arruinan tu apariencia, arruinan tu rostro, arruinan tu piel, arruinan tus dientes”, afirmó, comparando esta iniciativa con una campaña política. Si bien no ofreció detalles específicos sobre su implementación, aseguró que sería una inversión “relativamente pequeña” en comparación con su impacto.
La crisis del fentanilo, uno de los temas centrales de la campaña presidencial de Trump en 2024, ha alcanzado niveles alarmantes, con estimaciones de entre 50,000 y 60,000 muertes por sobredosis este año en Estados Unidos. Sin embargo, cabe recordar que las muertes por opioides sintéticos se duplicaron durante su primera administración, lo que genera cuestionamientos sobre la eficacia de sus políticas pasadas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no tardó en responder a las declaraciones de Trump, rechazando categóricamente cualquier intromisión en la soberanía mexicana. Desde Mazatlán, Sheinbaum defendió la independencia de México y subrayó la necesidad de cooperación, pero sin subordinación. “Nosotros colaboramos, coordinamos, trabajamos juntos, pero nunca nos vamos a subordinar. México es un país libre, soberano, independiente y no aceptamos injerencismo”, afirmó.
La mandataria también señaló la corresponsabilidad de Estados Unidos en la crisis del narcotráfico, recordando que el consumo de drogas ocurre principalmente en territorio estadounidense y que muchas de las armas que alimentan la violencia en México provienen del norte de la frontera. “Aquí ponemos las vidas. Eso no”, enfatizó Sheinbaum, aludiendo a las pérdidas humanas que sufre México en esta lucha.
Sheinbaum recordó la carta que envió a Trump, en la que reiteró su rechazo a políticas que atenten contra la soberanía mexicana. En el documento, criticó la falta de autocrítica por parte de Estados Unidos y abogó por un enfoque de colaboración en lugar de imposiciones. Asimismo, adelantó que, de implementarse medidas migratorias extremas, solicitará que los migrantes de otras nacionalidades sean devueltos a sus países de origen y no a México.
El retorno de Trump a la Casa Blanca representa un reto significativo para los planes de Sheinbaum, quien asumió la presidencia en octubre de 2024. La mandataria ha propuesto combatir al crimen organizado mediante programas de reinserción social, atraer inversiones mediante el nearshoring y abordar la migración con una perspectiva de derechos humanos. Estas iniciativas chocan frontalmente con la política de mano dura que Trump ha prometido implementar.
En sus declaraciones más recientes, Trump calificó a Sheinbaum como “una mujer encantadora”, pero insistió en que México debe entregar resultados inmediatos para frenar el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos. Estas palabras, que podrían interpretarse como un intento de suavizar su postura, no restan contundencia a sus amenazas de intervención.
La propuesta de designar a los cárteles como organizaciones terroristas no es nueva, pero ha sido históricamente rechazada por las autoridades mexicanas debido a las implicaciones que podría tener para la soberanía del país. Durante su primer mandato, Trump ofreció enviar tropas estadounidenses para combatir al narcotráfico en México, una propuesta declinada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
Legisladores republicanos en Estados Unidos han mostrado disposición para aprobar una ley que permita esta designación, lo que otorgaría facultades al gobierno estadounidense para actuar más allá de su territorio. Analistas y empresarios han advertido que esta medida podría dañar no solo las relaciones diplomáticas, sino también la economía regional.
La relación entre México y Estados Unidos se encuentra en una encrucijada con el regreso de Trump a la presidencia. Mientras Sheinbaum busca establecer un modelo de cooperación basado en el respeto mutuo, el republicano insiste en medidas unilaterales y de confrontación. Este pulso definirá gran parte del sexenio de Sheinbaum y pondrá a prueba su capacidad para defender los intereses de México frente a uno de los líderes más polarizantes del escenario internacional.