El presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el mandatario ruso, Vladimir Putin, mantuvieron una llamada telefónica este martes, tras la cual anunciaron una tregua parcial centrada en la protección de infraestructuras energéticas y en la seguridad en el mar Negro.
Este acuerdo, según comunicados oficiales, busca reducir las tensiones en la región y garantizar la estabilidad de los suministros energéticos y alimentarios a nivel global.
Uno de los puntos de fricción sigue siendo la demanda de Putin de que Ucrania deje de recibir ayuda militar extranjera. Kiev y sus aliados europeos han rechazado esta condición, considerándola inaceptable para su seguridad nacional. La Casa Blanca no ha emitido comentarios oficiales sobre este requerimiento.
La conversación entre Trump y Putin duró 90 minutos y, según fuentes cercanas, fue “detallada y franca”. La puesta en marcha del acuerdo se dará en los próximos días, con reuniones de seguimiento que podrían incluir a otros actores internacionales.
Más allá del conflicto en Ucrania, ambos líderes también discutieron la situación en Oriente Medio y la proliferación nuclear. Coincidieron en que Irán no debería desarrollar armas nucleares, un punto en el que también trabajan junto con China en cumbres recientes. Esta postura podría marcar una nueva etapa en la diplomacia internacional y en el equilibrio de poderes en la región.
Este cese del fuego podría representar un primer paso hacia la desescalada del conflicto, aunque su éxito dependerá de la disposición de las partes a cumplir los compromisos establecidos.