El San Francisco Chronicle destacó recientemente que las acciones de una policía católica pueden haber salvado la vida de un jugador de la NFL después de que le dispararan.
El artículo del 2 de septiembre explicó que el sargento Joelle Harrell acudió en ayuda de Ricky Pearsall, la selección de primera ronda del draft de los 49ers de San Francisco, después de que Pearsall recibiera un disparo durante un intento de robo el 31 de agosto.
El Chronicle describió a Harrell como “una católica devota”. Mientras esperaban la ambulancia, Harrell comenzó a rezar y le aseguró a Pearsall que no iba a morir. También le dijo que se concentrara en respirar.
La Associated Press (AP) informó que Harrell fue el primer agente que llegó al lugar. Pearsall había recibido un disparo en un intento de robo por parte de un joven de 17 años mientras el jugador de fútbol regresaba a su coche en Union Square.
Pearsall recibió un disparo en el pecho a corta distancia. Según AP News, la madre de Pearsall, Erin, compartió en las redes sociales que la bala lo atravesó sin alcanzar ningún órgano vital.
Harrell usó su gorra de béisbol y la camisa de Pearsall para detener el sangrado hasta que llegó una ambulancia.
Pearsall fue dado de alta del hospital el 1 de septiembre y regresó a las instalaciones del equipo el lunes. Ahora está en la lista de lesionados no relacionados con el fútbol.
Según la fiscal de distrito de San Francisco, Brooke Jenkins, el adolescente fue acusado esta semana “de intento de asesinato, agresión con un arma semiautomática e intento de robo en segundo grado”, informó AP.