Tino Chrupalla, copresidente de “Alternativa para Alemania” (el único “verdadero” partido de derecha en Alemania), ha sido hospitalizado tras un intento de asesinato con una jeringa antes de hablar hoy en un mitin electoral en Baviera.
Recientemente se ha frustrado otro presunto intento de asesinato de su copresidenta, Alice Weidel. Las autoridades la sacaron de su apartamento el fin de semana pasado para garantizar su seguridad.
De la misma forma, hace unas semanas, Andreas Jurca, otro político del mismo partido político, fue trasladado de urgencia al hospital después de haber sido golpeado hasta hincharle brutalmente el rostro, en un ataque organizado contra su vida por parte de un grupo de inmigrantes que lo reconocieron.
Todo esto es extremadamente impactante, pero no sorprendente. Es el resultado de la narrativa extremadamente hostil creada por los medios de comunicación y el establishment en torno a los políticos y disidentes de derecha.
Eva Vlaardingerbroek, comentarista política holandesa, recuerda lo que ocurrió en 2002 en los Países Bajos, cuando el activista climático Volkert van der Graaf disparó al político de derecha Pim Fortuyn en la cabeza a plena luz del día. Van der Graaf no está en prisión.
“Tenemos que darnos cuenta de lo grave que es la situación para nosotros, la derecha en Europa occidental. Estamos lidiando con un enemigo que quiere y está dispuesto a matarnos por nuestras creencias políticas. Estos intentos de asesinato son una clara declaración de guerra contra la derecha europea. Y esto es sólo el principio. Estas personas utilizarán todos los medios posibles -incluida la violencia y la muerte- para silenciar nuestras voces. No podemos permitir que esto suceda”.
Respecto a Tino Chrupalla, de su incidente no se sabe mucho. Según el partido, ocurrió entre una multitud poco antes de que él hablara en un evento.
Un portavoz de la formación ha confirmado que durante el acto de campaña «se produjo un incidente físico contra el portavoz federal de nuestro partido, Tino Chrupalla», explicando cómo fue la intervención de los servicios sanitarios y que actualmente no conocen su estado de salud.
Según el periódico Donaukurier, se había programado una contramanifestación que se veía y escuchaba por su cercanía y contaba con el apoyo de Die Linke y el SPD, entre otros partidos de izquierda.
Encuestas nacionales recientes han colocado al partido de Chrupalla en segundo lugar con un apoyo de alrededor del 20%, muy por encima del 10,3% que obtuvo durante las últimas elecciones federales de 2021. Se ha visto ayudado por el resurgimiento de la migración como una cuestión política importante y por frustración con las políticas climáticas y energéticas del gobierno, así como una alta inflación.
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Foto: christian-wiediger/unsplash