Vance defiende la oración pública tras el trágico tiroteo: “Dios escucha” e inspira “más acciones”
El vicepresidente JD Vance defendió esta semana la importancia de la oración frente a la tragedia después de que varios demócratas prominentes criticaran los llamados a la oración por las víctimas del trágico tiroteo de escolares católicos en Minneapolis.
El 27 de agosto, Robin Westman, un pistolero de 23 años, abrió fuego contra estudiantes de la Iglesia Católica de la Anunciación durante la primera misa matutina del año escolar. Mató a un niño de 8 y a otro de 10 años e hirió a otras 17 víctimas, la mayoría de las cuales también eran niños. Westman asistió a la escuela primaria y secundaria. Durante su adolescencia, comenzó a identificarse como una mujer “transgénero”, cambiando su nombre de Robert a Robin.
Aunque numerosos líderes católicos y funcionarios de la administración Trump, incluido el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y su secretaria Kristi Noem , pidieron al público que rezara por las víctimas de la tragedia, algunas figuras públicas adoptaron una opinión diferente.
El alcalde demócrata de Minneapolis, Jacob Frey, declaró en una conferencia de prensa: «No digan que ahora mismo se trata solo de pensamientos y oraciones. Estos jóvenes estaban literalmente rezando».
La exsecretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, criticó las peticiones de “pensamientos y oraciones” como respuesta a la tragedia, y declaró en una publicación en X: “La oración no trae de vuelta a estos niños. Basta de pensamientos y oraciones”.
Vance respondió con una explicación de la importancia de la oración en estos momentos.
Oramos porque tenemos el corazón roto. Oramos porque sabemos que Dios escucha. Oramos porque sabemos que Dios obra de maneras misteriosas y puede inspirarnos a actuar más —escribió el vicepresidente—. ¿Por qué sienten la necesidad de atacar a otras personas por orar cuando acaban de matar a niños orando?
En otra publicación de X, Vance declaró : «Me resulta impactante que tantos políticos de izquierda ataquen la idea de la oración como respuesta a una tragedia. Literalmente, nadie cree que la oración sustituya a la acción».