Un consultor republicano y un analista demócrata reflexionan acerca de los cambios que se están produciendo con el voto latino en California. Aunque los autores subrayan la triste realidad de que muchos votantes latinos rechazaron el fin de Roe vs Wade, también reconocen que el solo hecho oponerse a un republicano en California ya no garantiza el voto latino. Por ejemplo, los 17 distritos electorales de mayor población latina han ido colocándose más hacia la derecha.
El artículo de opinión escrito por Mike Madrid y Lucas Holtz y publicado originalmente en el diario L.A. Times pero difundido por Yahoo! News, además señala que el votante latino en California está mostrando un marcado interés en solucionar sus problemas cotidianos, como el costo de vida, y que esto se traduce en menos votos demócratas. En opinión de los autores, la reducción en el número de latinos que acudieron a votar es otro indicador de los problemas que están teniendo los demócratas para retener y atraer el voto latino en California, particularmente entre los votantes rurales y obreros.
Por ejemplo, el artículo señala que “los demócratas han captado y conservado una mayor proporción de votantes con estudios universitarios en las áreas metropolitanas, pero a costa de perder votantes rurales y obreros en favor del Partido Republicano”. Este reajuste, señalan los autores, tiene consecuencias en ambos partidos que tendrán “un efecto duradero en la política electoral durante una generación”.
“En el caso de California”, continúa la publicación, “esta compensación ha hecho que los demócratas ganen escaños en la Cámara de Representantes en zonas suburbanas como el condado de Orange y el norte del condado de Los Ángeles, pero pierdan elecciones en la zona rural del Valle Central. También podría exacerbar las tensiones étnicas, de clase y geográficas dentro del Partido Demócrata”.
En relación con la educación delo votante latino en California, el artículo señala que “los 17 distritos del Congreso de California con mayor población latina (en los que tanto un republicano como un demócrata se presentaron en 2022) tienen una tasa media de educación universitaria un 20% inferior a la del resto del estado. Cada uno de estos distritos osciló a la derecha desde las elecciones presidenciales de 2020 hasta las de 2022, con un cambio agregado del 11.2 %. Todos menos uno de estos 17 distritos pasaron de la ola azul de 2018, a la derecha en las elecciones de mitad de período de este año 2022. De estos 17, hubo tres distritos muy disputados en los que Biden ganó en 2020, pero en los que los republicanos lograron ganar este año”.
Madrid y Holtz también señalan que “en relación con 2020, la participación de este año, en promedio, fue 13 % más baja en los 17 distritos con mayor concentración latina que en el resto del estado” y que, “aunque la participación en las tres contiendas más competitivas concentradas en latinos fue ligeramente superior al promedio de los 17 distritos –posiblemente elevada por el gasto enormemente elevado en anuncios y campañas–, estos distritos siguieron teniendo una participación inferior a la media estatal. Tal como California ha demostrado desde finales de la década de 1990, la baja participación es un signo de debilidad en la base de un partido”.
En relación con la millonaria campaña del Partido Demócrata, los autores consideran que “si un partido tiene que gastar millones de dólares sólo para conseguir que lo que se considera un electorado leal acuda a votar, y aun así no es suficiente para conseguir victorias en algunos de los distritos más competitivos con concentración latina, puede que haya que reexaminar lo que se considera un electorado leal”. Y continúan diciendo que “cada vez hay más pruebas de que las cuestiones culturales y étnicas que los demócratas han utilizado durante décadas para ganarse a los latinos pueden estar disipándose a medida que las cuestiones económicas se afianzan en el segmento de más rápido crecimiento de la clase trabajadora de California”.
“Los votantes latinos quieren ver cambios reales en su día a día: en los salarios, en las oportunidades de empleo y en los precios de los víveres y en las estaciones de gasolina. La desigualdad de ingresos en California es la mayor desde la Gran Recesión. Las presiones sobre la desaparecida clase media están empeorando, no mejorando”, afirman Madrid y Holtz.
Puede leer el artículo en inglés aquí.
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Foto: Omar Lopez / Unsplash