El lunes, Wall Street experimentó una jornada de intensas pérdidas que acentuaron una liquidación de tres semanas, impulsada por crecientes temores de una recesión económica y la incertidumbre generada por la política arancelaria de la Administración Trump.
El Promedio Industrial Dow Jones se desplomó 781 puntos, equivalente a un 1,8%, mientras que el S&P 500 perdió un 2,5%. El Nasdaq Composite, con fuerte peso tecnológico, sufrió la mayor caída entre los principales índices, retrocediendo un 3,7%.
Desde sus máximos recientes, el S&P 500 ha perdido un 9,1% desde el 19 de febrero, acercándose al umbral del 10% que Wall Street considera una corrección. El Nasdaq, por su parte, ha caído un 14%, mientras que el índice Russell 2000, que agrupa empresas de pequeña capitalización, ha descendido un 18%. Las pérdidas se aceleraron a medida que avanzaba el día, reflejando una creciente aversión al riesgo entre los inversores.
El grupo conocido como los “Siete Magníficos”, que incluye a gigantes tecnológicos como Tesla, Alphabet, Meta y Nvidia, lideró las caídas. Tesla se hundió un 13%, encaminándose a su peor día desde 2020, mientras que Alphabet, Meta y Nvidia, esta última una favorita del auge de la inteligencia artificial, perdieron cerca de un 5% cada una. Palantir, otra acción popular entre los inversores minoristas, se desplomó más del 10%. Este movimiento marcó un abandono de las estrellas del reciente mercado alcista en favor de activos considerados más seguros.
Las preocupaciones sobre la economía han ido en aumento durante el último mes. Inicialmente, datos económicos débiles, interpretados como una reacción a las fluctuaciones en la política arancelaria, encendieron las alarmas. Estas inquietudes se intensificaron con declaraciones recientes desde Washington. El viernes, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó en una entrevista con CNBC que la economía podría enfrentar un “período de desintoxicación” debido a recortes en el gasto público impulsados por la nueva Administración.
El domingo, el presidente Donald Trump, en una entrevista con Fox News, no descartó la posibilidad de una recesión, calificando la situación actual como un “período de transición”. “Lo que tengo que hacer es construir un país fuerte”, afirmó Trump.
Goldman Sachs reaccionó a esta incertidumbre recortando su pronóstico de crecimiento económico, citando el potencial impacto de los aranceles. Sam Stovall, estratega jefe de inversiones de CFRA Research, describió la situación como “una corrección artificial”, argumentando que está impulsada principalmente por la respuesta a las amenazas arancelarias de la Administración y sus posibles efectos en la economía.
Los indicadores del mercado reflejan un creciente nerviosismo. El índice de volatilidad CBOE, conocido como el “medidor del miedo” de los inversores, alcanzó su nivel más alto desde diciembre. Bitcoin, a menudo visto como un activo de riesgo, cayó por debajo de los 80.000 dólares, mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro disminuyeron, señalando una búsqueda de refugio por parte de los inversores. Sin embargo, las caídas del S&P 500 se vieron parcialmente amortiguadas por una rotación hacia sectores defensivos con ingresos estables y dividendos, como Procter & Gamble y Johnson & Johnson, que subieron un 1% cada uno.
La incertidumbre arancelaria no solo afecta a Estados Unidos, sino que también tiene repercusiones significativas en sus socios comerciales. Según una encuesta de Reuters, los riesgos de recesión han aumentado para las economías de Estados Unidos, México y Canadá debido al caos en la implementación de los aranceles estadounidenses. La imprevisibilidad de estas políticas dificulta las proyecciones económicas, afectando el crecimiento, la inflación y las tasas de interés en la región.
En Europa, los mercados también han sentido el impacto. El índice STOXX Europe 600 cayó un 0,8% tras el anuncio de los aranceles, y se estima que la economía de la Unión Europea podría contraerse un 0,4% si las medidas se mantienen.
Los empresarios mexicanos han expresado su preocupación por el ambiente de incertidumbre generado por las amenazas arancelarias de Trump. Las inversiones extranjeras en México han caído un 39%, el nivel más bajo en tres décadas, y se estima que alrededor de 60.000 millones de dólares en inversiones están paralizados. Esta situación ha deteriorado el ambiente de negocios, afectando sectores clave como la manufactura y el agrícola.
En este contexto, los inversores y analistas se mantienen atentos a las próximas decisiones de política económica y comercial de la Administración Trump, así como a las respuestas de sus socios comerciales y organismos internacionales. La evolución de estos factores será crucial para determinar la dirección futura de los mercados financieros y la economía global.