El Papa Francisco consagró a Rusia y Ucrania a la Virgen de Fátima. Hoy, Zelenski invita públicamente a Trump a visitar Ucrania, en un intento por presionarlo a tomar postura clara frente a la guerra con Rusia y demostrar si realmente podría “terminar el conflicto en 24 horas”, como ha afirmado. ¿Hará el milagro nuestra Madre?
En un gesto inusual pero cargado de significado diplomático, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha extendido una invitación pública al expresidente estadounidense Donald Trump para que visite Ucrania. “Quisiéramos que esté allí con nosotros”, expresó Zelenski, en un momento crítico para su país, sumido en una guerra de desgaste con Rusia que ha causado miles de muertes y desplazamientos masivos.
La invitación llega en medio de especulaciones sobre lo que significaría un posible regreso de Trump a la Casa Blanca, especialmente en lo que se refiere a la política exterior estadounidense y su apoyo a Ucrania. Trump ha criticado en repetidas ocasiones los miles de millones de dólares que la administración Biden ha destinado a la defensa ucraniana, asegurando que él podría “terminar la guerra en 24 horas” si fuera reelegido.
La petición pública de Zelenski no es solamente un gesto diplomático: también parece ser una estrategia política para presionar a Trump a asumir una postura clara frente a la agresión rusa. Al invitarlo al terreno, Zelenski busca enfrentar al expresidente con la realidad del conflicto y con las consecuencias humanitarias de la invasión rusa.
Durante su presidencia, Trump fue criticado por sus declaraciones conciliadoras hacia el presidente ruso Vladimir Putin. Aunque su administración impuso algunas sanciones a Rusia, sus comentarios públicos fueron a menudo ambiguos, lo que levantó sospechas entre aliados occidentales.
Un posible encuentro entre Zelenski y Trump en suelo ucraniano serviría para medir el compromiso de Trump con la causa ucraniana, especialmente si planea regresar al poder en 2025.
El conflicto en Ucrania se ha convertido en el eje de una disputa más amplia entre las democracias occidentales y los regímenes autoritarios como el de Putin. La posición que adopte Trump respecto a este conflicto tendrá implicaciones globales.
Si Trump acepta la invitación y muestra solidaridad con Ucrania, podría fortalecer su imagen entre los aliados de la OTAN y los votantes estadounidenses que apoyan una política exterior firme. Si la rechaza o mantiene su línea crítica, confirmaría los temores de que una futura administración Trump podría replegar el compromiso de Estados Unidos con Europa del Este.
La invitación de Zelenski no es solamente un gesto de cortesía: es una prueba política para Trump. La respuesta del expresidente podría marcar el tono de la política exterior estadounidense en los próximos años y enviar un fuerte mensaje —a favor o en contra— a los actores clave del escenario internacional.