Un capellán militar ha emitido su respuesta a las recientes críticas sobre el clericalismo dirigido a los sacerdotes jóvenes.
En un artículo de opinión publicado por la revista First Things, el padre James Hamel ofrece su propia reflexión personal sobre el clericalismo y si es, de hecho, el “obstáculo central para que la Iglesia cumpla su misión”.
El Papa Francisco pronunció recientemente un discurso improvisado sobre el clericalismo durante el Sínodo de la Sinodalidad de octubre de 2023, que desde entonces ha avivado las llamas de una conversación en curso dirigida a los sacerdotes conservadores.
En sus comentarios espontáneos, declaró que “basta ir a las sastrerías eclesiásticas de Roma para ver el escándalo de los sacerdotes jóvenes probándose sotanas y sombreros o albas y broches de encaje”.
“El clericalismo es un látigo, es un flagelo, es una forma de mundanidad que mancha y daña el rostro de la esposa del Señor; esclaviza al pueblo fiel y santo de Dios”, afirmó el Santo Padre.
“Hoy en día escucho mucho la palabra ‘clericalismo’”, comentó Hamel. “Dependiendo de qué revistas o blogs católicos lea, es un flagelo rampante para nuestra iglesia o apenas es un problema”.
Citando un ensayo de un sacerdote y profesor seminarista, Hamel hizo comparaciones entre sacerdotes jóvenes y militares. “El autosacrificio, la integridad, el deseo de aprender continuamente, la humildad, un fuerte sentido de moralidad, el autocontrol y el deseo de buscar la excelencia” son rasgos compartidos entre los dos grupos, dice Hamel.
Hamel reflexionó que durante su experiencia como sacerdote principal en la Fuerza Aérea, la mayoría de los nuevos sacerdotes reclutados que ingresaban al servicio activo fueron llamados al sacerdocio después del 11 de septiembre, el escándalo de abuso sexual en 2002 y el escándalo de Theodore McCarrick en 2018.
“En lugar de crecer en una cultura donde la Iglesia y el sacerdocio eran tenidos en alta estima”, observó, crecieron viendo a la Iglesia ridiculizada desde todos los rincones, con los sacerdotes como remate de muchos chistes libertinos. No obstante, han dado un paso adelante con valentía para servir”.
Hamel señaló que estos sacerdotes “aceptan plenamente el sacrificio militar que exige su vocación”, desde trabajar largas horas por una pequeña compensación hasta vestirse de manera distintiva.
Para concluir, el capellán escribió:
Los jóvenes con los que ambos trabajamos no son principalmente clericales, con todas las connotaciones negativas que se atribuyen a esa palabra. Son, más bien, hombres contraculturales que se sienten llamados y revitalizados por la evangelización de nuestra sociedad secular. De hecho, se ven a sí mismos dando testimonio de Jesucristo en una cultura cada vez más anticristiana y antirreligiosa.
“¡Jóvenes sacerdotes, os saludo!”