Luego de un intercambio en X (antes Twitter) del Padre Francisco Delgado con el satanista peruano José Enrique Escardó Steck, la Arquidiócesis de Toledo concluyó que debía sancionar al popular sacerdote. Tendrá que cerrar sus redes sociales y detener su participación en medios de comunicación. Aquí haremos un recuento del asunto.
Empezamos la semana con una triste noticia, el Padre Francisco Delgado deberá dejar sus clases “Quarere Veritatem” sobre la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino en YouTube gracias a una pelea de Twitter. El satanista que le ocasionó este problema – y que se autoproclama el autor de “su caída”, José Enrique Escardó Steck, es un progresista que no tiene temor de proclamar su amor a Satán y se ha dedicado a atacar a la Santa Iglesia Católica por su obsesión en contra del Sodalicio, que tiene una investigación abierta. Vamos primero con el tuit del Padre Francisco:
Esta salida forzosa ha generado la reacción de muchos fieles católicos practicantes, que se solidarizan con el Padre Francisco Delgado y reconocen su obra de evangelización. Uno de ellos fue su hermano, amigo y compañero de La Sacristía de la Vendée, el Padre Juan Manuel Góngora, quien compartió una reflexión al también vivir, hace no mucho, una situación similar.
Cabe mencionar que el Padre Francisco, como señaló el “Pater Góngora”, hizo un vídeo hablando justamente de la Censura y la Autocensura, que pueden encontrar en su canal de YouTube.
Todo el asunto comienza cuando el P. Juan Razo García publicó en su cuenta de X (antes Twitter) un comentario respecto al cartel de Semana Santa 2024 en Sevilla y a las anteriores obras del autor del cartel, de un gusto cuestionable. Como es costumbre de Escardó, quien ocupa su tiempo en acosar sacerdotes para responder cualquier opinión que tengan con acusaciones de violencia sexual en la Iglesia, respondió diciendo que había un problema de “prioridades” y atacó deliberadamente al sacerdote mexicano, quien también ha recibido un correctivo y ha eliminado todos los tuits de interacción con este sujeto.
Aquí es donde entra el Padre Francisco, porque la discusión entre Escardó y el Padre Juan Razo se había vuelto un cargamontón, como de costumbre, contra la Iglesia y los sacerdotes involucrados. El satanista tiene a su disposición una serie de trolls y odiadores de la Iglesia que secundan cualquier cosa que diga. Automáticamente, el tipo señala ser “una víctima” y dice que todos los sacerdotes como Juan Razo, revictimizan a los que sufrieron de “abuso eclesial”. El Padre Francisco, hizo un recuento de lo que sucedió y defendió a su amigo y a todos los sacerdotes que, como él mismo, no son aval de pedófilos o maltratadores, sino custodios de la sana doctrina.
Este hilo concluye con que, efectivamente, no cederían ante su presión y que todo el escándalo que este tipo estaba haciendo, era para atacar a la Iglesia y a los sacerdotes que, como Juan Razo o el mismo Francisco Delgado, sí denuncian los abusos eclesiales, incluyendo a los que no implican violencia sexual.
No contento con esto, el satanista se la pasó acosando los próximos meses al Padre Juan Razo y al Padre Francisco Delgado durante meses en redes sociales, cuando ambos ya lo habían bloqueado de X justamente por su insistencia, a pesar de ellos no tener poder para juzgar a los malhechores, ni tampoco pertenecían al Sodalicio como para que el ataque del sujeto les competa.
El acoso de Escardó a los sacerdotes, empezó en enero del 2024, donde amenazó al Padre Juan Razo que hablaría con Monseñor Jordi Bertomeu (quien tiene un alto cargo) porque se sentía “atacado”. El Padre Juan Razo no había hecho más que decirle que no le contestaría más porque no tenía sentido hablar con necios.
Como evidentemente el Padre Juan Razo decidió no caer más en provocaciones, el satanista pasó de víctima a victimario y empezó a acosar incansablemente a ambos sacerdotes. Algo que llama mucho la atención es cómo un satanista confeso y profeso tiene tanto alcance con funcionarios del Dicasterio de la Doctrina de la Fe del Vaticano.
A todo esto, ofició un “recuento de los hechos”, hecho con absoluta parcialidad a su favor, victimizándose y manipulando la información, a Charles Scicluna, prelado vaticano y arzobispo de Malta. Él, que ejerce de Secretario adjunto del DDF, pidió acabar con el celibato sacerdotal obligatorio. Recordemos que, como reportamos, también ha liderado junto con el español Jordi Bertomeu la investigación de abusos sexuales dentro del Sodalicio de Vida Cristiana.
Meses después y sabiendo que ninguno de los dos sacerdotes caería en sus provocaciones, Escardó decidió señalar que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe ya tenía al Padre Francisco Delgado en la mira y que “ha sido advertido por el Vaticano”, cosa que es falsa porque nunca le llegó ninguna notificación o aviso, menos una sanción o algún llamado disciplinario. Cabe resaltar que lo acusa de encubrir los abusos del Sodalicio que habrían ocurrido en San Bartolo (playa del sur de Lima) cuando el Padre Francisco Delgado fue misionero y ejercía en Lurín, que está a kilómetros de ahí, además de no tener relación alguna con los sodálites.
Meses después, el satanista sigue el acoso a ambos sacerdotes, comentando en páginas como InfoVaticana, en respuesta a noticias que no tienen absolutamente nada que ver. Asimismo, señala que el Padre Francisco “defiende al abusador” de una víctima cuya identidad solo conoce el satanista. Comenta donde puede y cuánto puede para desacreditar a ambos sacerdotes.
Finalmente, el sujeto – al verse dando manotazos de ahogado, destapó su verdadera intención: seguir ganando popularidad a costa de usar su cierta condición de víctima para atacar a la Iglesia Católica. El Padre Francisco nunca buscó el escándalo, por eso ignoraba olímpicamente todas sus provocaciones, inclusive cuando el satanista lo llamó a “debatir” en vivo, después de haberle dicho “manipulador y defensor de pederastas”.
Es preciso resaltar que el Padre Francisco siempre reconoció al satanista como víctima, e incluso le trató de explicar que la Iglesia sí ha actuado contra Figari (máximo abusador del Sodalicio) y que todo depende de las instancias civiles del país que corresponda. Esto en respuesta a insultos del satanista, quien llama al presbítero “cura psicópata y mentiroso”, sumando la mentira típica de los odiadores de la Santa Iglesia “la Iglesia no ha hecho nada”.
Asimismo, Francisco jamás negó la verdad de los abusos en el Sodalicio. Lo que ha defendido es que la Iglesia sí ha actuado bien en este caso:
Todo esto concluyó en que, por supuesto, el sacerdote pagó el precio de decir la verdad en un mundo tan hostil como X y con la cancha inclinada, ya que el satanista tiene – como ha dejado claro, influencia en las más altas esferas del Vaticano.
José Enrique Escardó Steck tiene un amplísimo historial que podría describirse como “matón” de redes. Siempre busca comentar en publicaciones de gente católica, especialmente sacerdotes, para desacreditar a la Iglesia, burlarse y convertirse en lo que denuncia constantemente.
Entiéndase que, José Enrique Escardó Steck fue víctima de abuso eclesial hasta que se demuestre lo contrario. ¿Existen denuncias falsas? Sí, pero no podemos afirmar que esta lo sea. ¿Alguien tenía una mayor jerarquía y posición de poder sobre él? Sí. ¿Expresó su negativa a realizar lo que se le pedía? Sí. ¿Tenía motivos psicológicos y condicionamientos que le impedían de salir de ahí? Seguramente sí y de ahí el trauma.
Ahora bien, esto mismo podría aplicarse a la denuncia que le hizo su entonces pareja, Johana Ortigas Villa. Según el portal peruano “La Abeja”, luego de repetidos episodios de violencia, insultos, maltratos y amenazas, tuvo que recurrir a la Policía Nacional para presentar una denuncia en contra del padre de su menor hija. La relación hacía mucho que se había interrumpido, pero el denunciado no cesó en sus maltratos y amenazas al punto de que se hicieron extensivas a su nueva pareja. No sólo tuvo que superar los traumas propios de una ruptura, aguantar el comportamiento inestable y agresivo de su expareja, sino que además debía continuar soportado una enfermiza obsesión que le impedía vivir con tranquilidad.
Es de conocimiento público que la mujer retiró la denuncia por motivos aún desconocidos, pero la denuncia es tan válida como los abusos que narra Escardó sobre su paso por el Sodalicio. Aquí es importante creerle siempre a las víctimas primero, así el victimario sea víctima también.
Si vamos a su acoso no solo a los sacerdotes, sino a la Iglesia Católica en general, nos quedaríamos muchísimo tiempo sacando tuits de este nefasto personaje, pero aquí incluiremos algunos de los que evidencian su odio por la Iglesia de Cristo y su amor fiel al maligno.
Escardó forma parte del Satanic Temple. Algo que dice ser “ateo” pero que se llama Templo de Satán. Lo niegan pero lo afirman en su práctica. Típico del príncipe de la mentira:
Desacreditación y ataque a San Juan Pablo II:
Responsabilización de la Iglesia Católica por pedofilia y pederastía con cifras falsas:
Aval a la clínica de abortos abierta por el templo satánico, que se burla de un juez pro-vida:
Burla a la Santísima Eucaristía:
Militancia política junto a Flor Pablo, quien recibió junto a su marido, millones por adoctrinar en género; Gino Costa, quien apoyó un Proyecto de Ley Trans y otro que buscaba legalizar el suicidio asistido en el partido Lo Justo, fundado también por Marisol Perez Tello, una progresista que tiene a su cargo la formación de jóvenes a nivel mundial en la Academia de Líderes Católicos por mandato del Papa Francisco, según una entrevista que le hicieron en Perú 21.
El satanista posa junto a Costa y Pablo con una camiseta que alude a su religión:
Por lo pronto, oremos para que este embrollo termine, que se le permita una defensa justa al sacerdote Francisco Delgado y que la verdad salga a la luz, porque del príncipe de la mentira, es difícil que venga algo positivo.
Veritas Liberabit Vos.
¡Viva Cristo Rey!