CatholicVote anunció oficialmente su respaldo al expresidente Donald Trump para la nominación presidencial republicana en 2024. En este artículo haremos un análisis de lo que no es un mal menor, sino un bien posible, incluyendo las declaraciones de nuestro presidente Brian Burch.
“Con la salida de Vivek Ramaswamy y Ron DeSantis de la carrera, la elección ahora está clara”, dijo el presidente de CatholicVote, Brian Burch, al anunciar la decisión. “Sé que muchos católicos están divididos sobre si Trump es el mejor candidato para derrotar a Biden. Pero para eso también están las primarias”.
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“Los únicos dos candidatos que quedan son Trump y Haley”, añadió Burch. “Y la elección es una obviedad”.
Burch enfatizó la importancia de derrotar a Biden en noviembre, citando la postura radicalmente pro-aborto del actual presidente, el uso del gobierno federal como arma contra los católicos por parte de su administración y la crisis fronteriza.
Esta misma mañana, la administración Biden anunció un nuevo impulso masivo para expandir las drogas que matan a niños en el 51º aniversario de Roe v. Wade”, afirmó Burch:
Desde su elección, su administración se ha centrado en nuestros niños, escuelas y familias. No ha logrado proteger nuestras iglesias, ha excusado el espionaje ilegal del FBI a los católicos y ha llamado a los ciudadanos fieles como usted y como yo la mayor amenaza para Estados Unidos.
Las imprudentes políticas fronterizas de Biden han llevado a la explotación de millones de inmigrantes, e incluso los alcaldes demócratas de las principales ciudades han dado la alarma. Sólo en 2023, más de 3 millones de inmigrantes ilegales ingresaron al país.
“Joe Biden es el caballo de Troya de la ideología de extrema izquierda: presentado a los católicos estadounidenses como un abuelo cariñoso, fiel y patriótico”, prosiguió el presidente de CatholicVote. “Sin embargo, su edad, su agudeza mental y sus fracasos están perjudicando a millones de estadounidenses, incluidas familias católicas de todo el mundo”.
Burch también hizo referencia a los logros de Trump durante su mandato, incluido el hecho de haber presidido una economía fuerte y el nombramiento de tres de los seis jueces de la Corte Suprema que anularon Roe v. Wade.
“Necesitamos un general que nos dirija”, dijo Burch. “Alguien que conozca la verdad y esté dispuesto a luchar por ella, no simplemente alguien que calcule el camino de menor resistencia para lograr algo bueno en los márgenes”.
“La política a menudo implica tomar decisiones audaces”, enfatizó Burch. “Y nosotros hemos hecho el nuestro”.
En diciembre del año pasado, Donald Trump prometió que defendería a todos los cristianos perseguidos por la justicia y eso no solo involucra a los que han sido blanco del FBI por simplemente asistir a Misa Tradicional, sino también a los católicos en Nigeria, en Pakistán y otros países que necesitan nuestra solidaridad y apoyo.
Sabemos que no es tan firme en el asunto provida y que, como buen empresario, no toma posturas tajantes como DeSantis a la hora de hablar de poner límites, pero es el presidente que logró una Corte Suprema conservadora, el que logró que se anule Roe v. Wade y el que ha revolucionado el sistema de manera que prospere la familia sobre la degeneración.
Si bien Trump no es católico, tenemos que centrarnos en las consecuencias del voto. No se trata de identificarse como católico de la boca para afuera – como hace el abortista Biden, que no repara en destruir la economía de las familias y garantizar “la salud reproductiva” así sea fatal para las mujeres y envíen medicinas letales por correo.
El voto del católico a Trump es un voto crítico, observador, fiscalizador y atento, pero con la seguridad de marcar la diferencia en una elección histórica en la que está en juego el futuro de toda la civilización occidental como la conocemos. Si queremos unos Estados Unidos soberanos, prósperos, seguros y donde no tengamos miedo a profesar la fe y hacer familia, tenemos que ir juntos en la única dirección posible.
Una de las grandes deficiencias que han tenido los republicanos durante este tiempo es darse cuenta del importantísimo rol de los hispanos en las contiendas electorales. Por nuestra naturaleza y cultura, somos en amplia mayoría, católicos, conservadores, muy propensos a tener familias numerosas e intrínsecamente provida.
Lo que ha deteriorado la impresión de los hispanos, es la cantidad grosera de ilegales que mancha el buen nombre de Hispanoamérica y ese es el público que ha capitalizado el partido demócrata. Es muy fácil estar seguro de ganar cuando entran como una coladora al país y votan para tener todo gratis con los impuestos de los estadounidenses.
Por eso es crucial que, como dijo en entrevista Mayra Rodríguez, una activista provida de Arizona que trabajó en Planned Parenthood por 17 años y luego se convirtió al católicismo, no permitan que los discursos victimistas ganen la jugada y absorban a los hispanos honestos. Es el partido republicano el que falla en darle espacios a los hispanos que ya a estas alturas, no son inmigrantes, sino nacidos en los Estados Unidos.
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Esta elección, como dijo nuestro presidente Brian Burch, sí puede ser la más importante desde 1860 y tenemos que unir fuerzas hacia la mejor opción que tenemos hacia el desarrollo en este país. El hispano consecuente, católico y trabajador, vota a Trump.